Estéticamente el Swift Sport destaca por contar con una imagen más deportiva, con una nueva calandra delantera, llantas específicas, spoiler trasero y doble salida de escape.
Por dentro se diferencia por diferentes detalles en color rojo, el volante de cuero achatado con inserciones en piano black y los nuevos asientos más envolventes y con mayor sujeción lateral.
Es más ancho que el modelo anterior (40 mm), 15 mm más bajo, exactamente igual de largo y tiene 20 mm más de distancia entre ejes. Equipa un propulsor de cuatro cilindros de 1.4 litros que desarrolla 140 CV y un par motor de 230 Nm. Este propulsor está asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades y, a pesar de ser un modelo de marcado carácter deportivo, homologa un consumo medio de sólo 5,6 litros a los cien kilómetros.
La optimización es una de las claves para lograr bajos consumos, pero el peso es un punto muy a tener en cuenta y Suzuki lo ha hecho con el Swift. Un coche más ligero acelera mejor con la misma potencia, frena mejor que otro más pesado y también cambia de dirección con mayor facilidad. Y, de paso, gasta menos.
La dotación en seguridad es muy elevada, con un gran número de sistemas de seguridad preventiva, como por ejemplo, el asistente de cambio de carril, la alerta de cambio involuntario de carril o la alerta de colisión frontal, entre otros.
Equipa Android Auto y Apple Car Play, los mejores sistemas de conectividad para poder utilizar diversas funciones de nuestro smartphone con total seguridad.
Lanzamiento comercial
El nuevo Swift Sport se pondrá a la venta a finales de este mes, con una oferta de lanzamiento de 2.000 euros, lo que deja el precio en unos interesantes 19.370 euros. El Swift plantará cara al Ford Fiesta ST y SEAT Ibiza 1.5 TSI FR, por ejemplo. Estará disponible en siete colores diferentes, entre los que destaca el nuevo amarillo, que es el color de lanzamiento. Cuenta con cinco años de garantía y Suzuki prevé que el 20% de las ventas del Swift en España sean de esta versión Sport.
Así va el nuevo Suzuki Swift Sport
No busques grandes cifras de potencia, no busques tampoco una gran patada a pesar de ser un motor turboalimentado. Pero no te preocupes, es divertido, muy divertido. La clave está en el peso, 970 kilos, que con sus 140 CV consiguen una interesante relación peso/potencia.
El motor no es explosivo, empuja con contundencia, pero de forma progresiva hasta las 6.000 rpm. No es un atmosférico, pero simula en cierta manera su comportamiento y le gusta trabajar en la zona alta del cuentavueltas… pero no en la zona roja. Ésta se sitúa en las 6.250 rpm, pero el corte llega antes, justo a 6.000. Además, lo hace sin avisar, sin una caída en el empuje, así que debes estar atento al cuentavueltas porque si vas a oído es fácil llegar al corte sin querer cuando estás metido en faena.
La puesta a punto del chasis sigue la tónica marcada por las generaciones anteriores. Tiene un tacto más deportivo que los Swift normales pero sigue siendo lo suficientemente cómodo como para usarlo a diario sin problema. Va muy por el sitio, la dirección es rápida y te informa bien de lo que pasa bajo las ruedas, cambia de dirección con rapidez y te perdona errores. Un auténtico juguete con el que divertirse en tramos de curvas sin renunciar a su uso en el día a día y sin dejarte el sueldo en gasolina.