Los ingenieros y diseñadores de Suzuki fueron unos visionarios a finales de los años 80, creando un automóvil que sentó las bases del concepto SUV tan de moda hoy en día. Durante su presentación oficial, en el Salón del Automóvil de Tokio de 1988, el Vitara sorprendió por su atrevida filosofía, que desafiaba los segmentos, categorías y convenciones de su época.
La marca japonesa no tuvo miedo de fusionar varias tipologías de coches en un solo automóvil, que reunía lo mejor de varios mundos. Por un lado, era un coche robusto y capaz fuera del asfalto, pero esas aptitudes y capacidades no suponían un lastre a la hora de circular en cuidad y carretera. En ese entorno, a su privilegiada posición de conducción elevada, sumaba un comportamiento sano, ágil y eficaz; un gran confort y calidad de marcha; y un tacto suave de conducción; mucho más parecidos todos ellos a los de un turismo que a los de un áspero todoterreno.
Desde el primer vistazo, con su compacta carrocería tres puertas el Vitara no tenía nada que ver con los voluminosos 4×4 que ya estaban en el mercado. Su identidad partía de unas líneas relajadas que le conferían un diseño atractivo y urbanita que, al mismo tiempo, se mezclaba con el músculo que aportaban otros elementos más camperos de su carrocería, tales como su icónico portón trasero en el que iba anclada la rueda de repuesto. Sin olvidar su techo, de lona o fibra, que permitía dejar al descubierto las plazas traseras.
Acababa de empezar la historia del Vitara, que en sus inicios destacaba por ser el más ligero de los todoterrenos del mercado. Con un motor de gasolina de 1,6 litros y 80 CV y unas reducidas dimensiones (3,56 metros de longitud y menos de 1.000 kg. de peso) se movía con agilidad fuera y dentro del asfalto, gracias a unos esquemas de suspensión muy evolucionados.
Después de su primer impacto en el mercado, el Vitara siguió creciendo y Suzuki amplió la oferta de su visionario modelo. Llegó una nueva gama de motorizaciones, con mecánicas diésel y un V6 de 2 litros y 134 CV que daban más potencia a este todocamino. Igualmente, las mejoras en la carrocería se iban haciendo evidentes y nacía la primera versión con techo trasero metálico; y también la de 5 puertas, que aumentaba en tamaño y capacidad interior.
La primera generación se comercializó en los cinco continentes y convirtió al Vitara como uno de los modelos bandera de Suzuki durante sus primeros 9 años y medio de vida, en los que superó el millón de unidades producidas.
Al igual que la primera, la segunda generación del Vitara también perduró muchos años en el mercado, lo que demuestra lo acertado de su planteamiento inicial y de la calidad de su diseño.
Presentada en 1998, esta generación pasó a llamarse Suzuki Grand Vitara. En líneas generales, se refinaba su diseño, con unas líneas más dinámicas (sin perder su esencia 4×4) y un interior mucho más sofisticado. Además, el chasis del Vitara evolucionó para mejorar el comportamiento y calidad de marcha en asfalto.
Como detalles prácticos, desapareció la palanca de la reductora. Ahora, el conductor podía cambiar de 4×2 a 4×4 con un botón en la cabina. Cambios y mejoras que culminaron en la llegada, en el año 2001 del Grand Vitara XL-7 con el Suzuki volvió a ser pionera al ofrecer un SUV de 7 plazas accesible para el gran público. Basado en el Vitara de 5 puertas, el XL-7 tenía una distancia entre ejes 320 mm superior y 485 mm más de longitud total. Esta versión también conquistó el mercado y equipaba un poderoso motor V6 de 2.7 litros.
En 2005 llegó la tercera generación del Vitara, que seguía profundizando en el concepto SUV y alejándose de los todoterrenos convencionales. Como siempre, el nuevo Vitara podía presumir de desenvolverse con la misma facilidad sobre el asfalto que fuera de él.
Suzuki introdujo retoques en el diseño, un tamaño un poco más reducido, control de emisiones y un amplio abanico de actualizaciones para hacer del Grand Vitara un SUV acorde a los nuevos tiempos. Además, el nuevo Vitara incorporó un chasis monocasco con dos largueros longitudinales integrados y suspensiones independientes en las cuatro ruedas. Y presumía de un sofisticado sistema 4WD de tracción total con cuatro modos de conducción, que podía activarse desde el cuadro de mandos.
En 2014 llegó la cuarta generación de este icónico modelo, que regresó a sus orígenes por su filosofía y recuperó la nomenclatura de Suzuki Vitara.