Este Crossover de la marca italiana Fiat con 4,24 metros de longitud se puede adquirir con uno de los seis motores que ofrece, una de las tres cajas de cambio (una manual y dos automáticas) y con tracción 4×2 ó 4×4. Nosotros hemos querido probar la versión más campera de la familia 500, el 500X en su nivel más alto de equipamiento, el CrossPlus, con motor diésel 2.0 MultiJet de 140 CV con cambio automático de 9 velocidades y tracción total.
De lo que vemos exteriormente poco tenemos que contar, para gustos los colores como dice el refrán, aunque nuestra humilde opinión es la de admiración, nos gusta, nos parece simpático a la par que ofrece sensación de compacto y robusto pese a sus reducidas dimensiones respecto a los grandes Crossover de la competencia. El estilo rememorativo del 500 original nos sigue enamorando y su frontal con «cara de bueno» unido a sus grandes llantas de 18 pulgadas nos reafirman en nuestra opinión.
En el interior el salpicadero mantiene la línea del resto de 500 dando protagonismo a la pantalla central con muchas funciones para el entretenimiento y bienestar a bordo salvo la navegación que es, sin duda, lo que menos nos ha gustado. El socio tecnológico que diseña la navegación en estos vehículos tiene que mejorar su producto; menos mal que ya todos contamos con teléfonos móviles con navegador.
El espacio para los ocupantes es amplio y cómodo en la fila delantera y en la trasera el espacio es correcto sin más. El maletero tiene una capacidad de 350 litros, de los más pequeños de la competencia empatado con el Mazda CX-3 y sólo mayor que los Dacia Sandero Stepway, Hyundai i20 Active y Ford EcoSport.
La versión que hemos probado pesa 1.612 Kg que se mueven con el motor diesel de 1.956 c.c. y 140 CV con gran soltura, sobre todo al llevar el cambio de nueve velocidades, que además de aprovechar toda la potencia, consigue unos consumos más contenidos al circular siempre en la zona de mayor par posible y mínimo gasto. La respuesta es muy buena desde bajas revoluciones y no encuentra inconvenientes si al entrar en caminos nos encontramos con pendientes exageradas, ya sea por prolongadas o por fuerte inclinación. Hay que recordar, eso si, que no se trata de un vehículo todo terreno sino de un todo camino con más espíritu urbano que sus primos de Jeep.
La conducción nos ha encantado. El Fiat 500X dispone de un sistema de elección electrónica de modo de conducción que cambia la respuesta del motor y la sensibilidad de la dirección. En el modelo probado, al ser 4×4 y automático, también cambia la distribución del par y la respuesta del cambio. Fiat permite elegir entre la opción Auto, que es la que se conecta al ponerlo en marcha, la opción Sport, que endurece el tacto de dirección y aumenta la velocidad de respuesta al acelerador y All Weather, pensada para carreteras con baja adherencia (agua, nieve o tierra) muy similar al modo Auto pero con parámetros del control de tracción para conseguir mayor agarre.
Pese a llevar unos neumáticos 100% de asfalto como son los Michelin Pilot Sport con muy bajo perfil, el 500X se comportó de maravilla en los caminos de tierra. Por descontado, con esos neumáticos en carretera su comportamiento fue igualmente impecable. La sensación de tracción, de agilidad, agarre y seguridad que transmite parece copiada de sus primos de la marca deportiva 500 Abarth y su forma de traccionar en la tierra de sus otros primos los Jeep Renegade, que son la base de este 500X; parece la simbiosis perfecta entre ambos conceptos de automóvil.
La suma de diseño italiano, sus 18 cms. de altura al suelo y su tracción americana hacen de este Fiat 500X una de las mejores opciones de compra para los que quieran ir por caminos sin problemas y les guste ir seguros y alegres por las carreteras asfaltadas.