Mazda ha presentado una versión muy especial del MX-5 con techo duro retráctil. Se llama MX-5 RF, cuyas siglas hacen referencia a ‘Retractable Fastback’ por su estética cuando el techo está cerrado, aunque cuando el coche va descapotado parece más bien un targa clásico.
En cualquier caso, Mazda ofrece una alternativa interesante por diversas razones. La primera es para dirigirse a ese público reticente a los techos de lona por miedo a que algún vándalo o envidioso le raje el techo. Para continuar, el techo duro retráctil puede resultar más confortable para algunos porque su accionamiento es eléctrico (aunque el mecanismo de la capota blanda está muy logrado) y porque es muy posible que otorgue un mejor aislamiento acústico. También se presenta con una estética diferente, y es que para gustos los colores. De hecho, en la presentación en Estados Unidos se ha utilizado un sugerente ‘Machine Grey’, exclusivo de esta versión.
Otro importante motivo es que el cambio automático, de seis velocidades al igual que el manual, se ofrece solo en el ‘Retractable Fastback’. Lo cierto es que, junto al techo eléctrico, puede venir bien para aquellas personas de movilidad reducida o simplemente para los que son más comodones, pues el placer de ir engranando marchas con la exquisita transmisión manual no tiene precio en este coche. Está más refinada que nunca, con recorridos cortos, precisos y de fácil accionamiento. Las propulsores disponibles, se escoja cambio manual o automático y capota blanda o techo duro, serán el 1.5 de 130 CV y 150 Nm y el 2.0 de 160 CV y 200 Nm. En los modelos con capota blanda y cambio manual, catapultan de 0 a 100 km/h al MX-5 en 8,3 y 7,3 segundos, respectivamente.
El peaje a pagar por el techo retráctil y la transmisión automática es un cierto incremento de peso (todavía no se han facilitado datos exactos), aspecto en el que la marca japonesa lo ha bordado en el nuevo MX-5, llevándolo con el modelo de 1.5 litros hasta unos muy meritorios 950 kg en vacío para un deportivo moderno de tracción trasera. El peso no solo afecta a las prestaciones en línea, sino al comportamiento y a la agilidad, apartados en los que destaca por su bajo centro de gravedad y su motor (sobre todo el pequeño 1.5) en posición central-delantera.
De cualquier manera y por todo lo anterior, Mazda se asegura que aquel que suspire por su pequeño roadster no tenga excusas para comprárselo, salvo que sea por el detalle de que es un coche biplaza. No va a ser por falta de diversión dadas sus cualidades dinámicas, ni por alto consumo (las mecánicas Skyactiv que equipa son muy eficientes) ni por precio que, aunque no se ha desvelado todavía para esta versión, recordemos que parte de los 23.000 euros para el 1.5 de 130 CV con techo de lona. De todas formas, es más que probable que haya que esperar hasta 2017 para su comercialización.