La marca francesa Renault en realidad nunca se había marchado del todo de la F1: siguió siendo proveedor de motores de varios equipos como Lotus (menos en este 2015 que ha corrido con propulsores Mercedes). Y es que en 2009 la escudería Renault F1 Team fue vendida en un 75% al grupo de inversión luxemburgués Genii Capital y en la temporada 2011 se hizo lo propio con el 25% restante de las acciones debido a la crisis económica y a la gran inversión que suponía participar en la Formula 1. Tras la venta total de las acciones se llegó a un acuerdo de patrocinio con Lotus por el que el nombre del equipo en esa campaña 2011 fuera Lotus Renault GP. A partir de ahí, el monoplaza vistió los míticos colores negros y dorados que recuerdan al famoso Lotus 78, pionero en el conocido ‘efecto suelo’..
La marca francesa también suministra motores a Red Bull (tetracampeón entre 2010 y 2013) desde 2007 y lo seguirá haciendo finalmente en 2016, así como ocurre con Toro Rosso, que en 2014 y 2015 contaron con unidades de potencia de Renault. Incluso Caterhman, que solo participó en la Fórmula 1 entre 2012 y 2014, contó con propulsores del fabricante francés.
Por supuesto, no se puede dejar pasar el binomio Williams-Renault, ya que al margen de que proveyera motores a la escudería inglesa en 2012 y 2013 sin grandes resultados, también lo hizo entre 1989 y 1997, época en la que se lograron conjuntamente cinco títulos de constructores.
Con un total de 12 campeonatos por marcas (solo dos con su equipo propio y un tercero con Benetton), el constructor galo siempre ha sido un estandarte en la Fórmula 1 y, por ello, su objetivo es volver a lo más alto. “Las últimas informaciones obtenidas de parte de los principales actores de la Fórmula 1 nos permiten proyectarnos con confianza sobre este nuevo desafío. Nuestra ambición es ganar, a pesar de que ello nos llevará, lógicamente, tiempo”, prosigue Ghosn. Si bien, hay que puntualizar que el rendimiento de sus coches fue discreto desde que el piloto español Fernando Alonso, bicampeón mundial en 2005 y 2006 (con dos títulos de marca inclusive), abandonara el equipo para marcharse a McLaren.
Por último, aparte del escaparate publicitario que supone estar en la Fórmula 1, pues es seguida en televisión por millones de personas en todo el mundo, Renault también es consciente de lo que supone competir en la categoría estrella del automovilismo cara al desarrollo de tecnología que más adelante se aplicará a vehículos de producción, tanto en seguridad como en eficiencia. De hecho, estar a la vanguardia es una de las prioridades de la marca, que ya en 1977 fue la primera en atreverse a introducir un motor sobrealimentado con turbo en un monoplaza, cuando por aquellos tiempos era una tecnología precaria y una apuesta arriesgada por su escasa fiabilidad.
