Cuando a principios de los años 80 un joven aventurero francés llamado Thierry Sabine lanzo el desafío de atravesar una parte del continente africano con unos medios muy limitados (los que había en esa época), muchos pilotos que buscaban algo más se apuntaron a un formato de carrera en el que las prestaciones del vehículo eran importantes pero no decisivas, y en cambio el espíritu de lucha y compromiso mental de las personas sí que lo era. Había nacido el Dakar.
Con el paso de los años los avances tecnológicos y las dificultades para encontrar los escenarios para realizar este tipo de competiciones ha provocado que aventuras míticas, como el Dakar, hayan perdido algo de esa esencia que reclamaban los pilotos amantes de las aventuras extremas. Por ese motivo, un grupo de aficionados a las aventuras 4×4 y amantes de los desafíos en los que la capacidad de compromiso mental y esfuerzo personal está por encima de los presupuestos y preparaciones millonarias, se lanzaron sin dudarlo a crear un desafío único, con la intención de recuperar la filosofía de los primeros aventureros. 7 años más tarde esa prueba se ha consolidado como un referente en las carreras de navegación 4×4. Las premisas ya apuntan a una carrera bastante espectacular:
“Un rally-raid que se realiza 100% sobre arena y dunas”, “Una carrera en medio del desierto a varios días de la civilización”, “Una prueba donde no podemos encontrar albergues, pistas, gasolineras, talleres,…”, “Un rally donde la aventura es el principal protagonista, y no la velocidad, ni el presupuesto” y “Una carrera que nos acerca a los retos de los primeros desafíos africanos”.
La 6ª edición de la Desert Raid agrupó a 60 equipos de varias nacionalidades: España, Francia, Italia, Bélgica,Suiza,… incluso de Rusia.
La prueba son 5 etapas de navegación 4×4, en medio del Gran Erg Oriental de Túnez, donde los equipos deben poner a prueba sus aptitudes de franqueo de dunas, superar obstáculos y desarrollar la estrategia más adecuada para conseguir el máximo número de waypoints (¡siempre en dunas!).
Es uno de los mejores escenarios donde enfrentarse a todo y a nada: pues tienes todos los obstáculos que quieras y puedas superar, y nada que te pueda ayudar, ni siquiera roderas. Y son solamente más de 15.000 km cuadrados de dunas y arena.
En esta carrera no ganan los presupuestos, la cartografía o los medios,… pues las dunas nos igualan a todos. Aquí prevalece el esfuerzo, el compromiso personal, incluso el trabajo en equipo. En este lugar no hay retirada fácil, ni estrategia evidente. Las dunas nos pueden exigir lo mejor de nosotros y de nuestras maquinas, … y cuando logras superarlo, la satisfacción personal no tiene precio. Es cuando descubres que “si se puede”.
El objetivo de la mayoría, llegar a la meta en cada etapa. El objetivo de unos pocos ganar la prueba. Es un raid con 3 categorías, pero ninguna es fácil, pues una es muy difícil, y las otras… menos difíciles. Eso sí,… si optas solo por los waypoints obligatorios, resulta más accesible, pero una vez empiezas a surfear en dunas, nadie se conforma con poco…. todos queremos guerra… ¡y la tenemos!.
Hacer dunas, dunas y más dunas, casi siempre es igual: cuando ves el próximo cordón frente a tu coche, te entra la angustia de ver que “parece imposible superar esto”, cuando estás en medio del cordón “estas rezando para que se termine pronto” (sin atascos ni problemas), y cuando has salido,… ya estás viendo el siguiente cordón frente a ti, y entras de nuevo en modo “este parece imposible”.
Si para los participantes es una carrera que puede ser muy dura, para la organización se trata de un desafío muy particular: camiones de rescate en dunas, campamentos con todos los servicios en dunas, asistencia mecánica en dunas, transporte de combustible … en dunas. Ambos retos se superan esencialmente con mucha pasión por este formato de aventuras.
Es un desafío, que no tiene explicación, pues mientras para muchos de los pilotos de 4×4, las dunas es un terreno donde conviene no adentrarse mucho, para otros es como una droga. Un forma de competir que crea adicción, pero que no saben explicar ni a sus amigos, ni a su familia, se convierten en los conquistadores de lo inútil. Pero siempre buscan subir al cordón mas alto, buscar la trazada teóricamente imposible, afrontar unos descensos de vértigo, abrir huellas donde no hay nada,… difícil de explicar y más difícil de comprender.
Pero la misma sensación fue la que motivo a los pioneros de las primeras aventuras africanas, desafiando los pronósticos de los demás “no se puede conseguir” “es una locura”….
Afortunadamente, hay muchos locos por las aventuras.
Texto Francesc Pino y fotos Jackeline Herve