Todo empezó tras la Clásica Entre Valles de Madrid. Desde la Escudería Rasante Sport se ponen en contacto con la Escudería Etcétera para presentar alegaciones frente a la propuesta de cambio del Reglamento de Circulación al ver que, con la nueva ley, los rallyes de regularidad de clásicos se perderían dentro de nuestras fronteras. Entre ambas escuderías envían correos a todos los participantes de la Clasica Entre Valles y otras organizaciones de pruebas. La noticia corre como la pólvora y en pocos días se preparan las alegaciones que presentarán tanto participantes como organizadores. El que suscribe nunca había visto tanto interés entre aficionados al automovilismo como este de la regularidad clásica y desde este medio se quiere agradecer los esfuerzos que todos han hecho por salvar una disciplina que acerca la cultura del automóvil a los rincones más recónditos de nuestro país.
Según el proyecto de nueva reglamentación de la Dirección General de Tráfico, en el artículo 32, Participación de vehículos históricos, se dice: Se consideran eventos para vehículos históricos aquellos en los que participen vehículos históricos catalogados como tales, de acuerdo con el Real 69 Decreto 1247/1995, de 14 de julio, por el que se aprueba su reglamento regulador, o de más de 35 años de antigüedad en número superior a 10, para la celebración de acontecimientos o manifestaciones turísticas, concentraciones, concursos de conservación o elegancia y, en general, cualquier clase de evento en los que no se establezca clasificación alguna sobre la base del movimiento de los vehículos, ya sea en función de su velocidad o de la regularidad.
Con esta redacción las pruebas de regularidad dirían adiós definitivamente y para que así no suceda, entre todos los participantes y organizadores de pruebas se han presentado alegaciones con los siguientes argumentos:
Se llevan organizando eventos de regularidad para vehículos históricos durante décadas.
Que nuestra actividad NO es deportiva. Se trata de algo lúdico, lo que queda de manifiesto en el hecho de que no existen premios de ninguna índole, y en que se ha venido desarrollando sin federaciones que lo regulen durante todo este tiempo; así como en el hecho de no existir campeonatos regionales, provinciales o estatales de ningún tipo. Reseñar además como las pólizas de seguros, por norma general, excluyen la cobertura de los vehículos cuando participan en pruebas deportivas, y eso no se contempla para los eventos de regularidad histórica por no ser pruebas deportivas, ya que los vehículos participantes circulan respetando las normas de utilización de las vías públicas.
Que para estos eventos siempre se utilizan vías de poco tránsito y carácter secundario, y por tanto, no inciden nuestros eventos en la circulación habitual de otros usuarios.
Que estos eventos llevan practicándose durante decenas de años en nuestro país, con cientos de eventos al año, con procedimientos de inscripción que incluyen la comprobación de documentación en vigor (permiso de circulación, ITV, seguro y permiso de conducir) y reglamentos que expresamente obligan al cumplimiento de todas las normas de Tráfico, con miles de participantes en ellos implicados, buena parte de ellos provenientes de otros países del arco comunitario (Francia, Portugal, Bélgica, Italia, Alemania, Luxemburgo, etc.) y sin que esto haya generado ni un solo problema de seguridad vial, siendo esto prueba fehaciente de que su actual regulación es perfectamente válida y sostenible. La casi nula siniestralidad demostrada en décadas, y avalada por las estadísticas así como los bajos precios de las pólizas R/C del seguro obligatorio, son prueba notoria de todo ello.
Que somos una gran masa social los que formamos parte de estos eventos, miles de personas toman parte en nuestra actividad de modo puntual o habitual. Que de lo anterior se deriva una importantísima relevancia económica de nuestra actividad. Nuestra especialidad permite el mantenimiento, o coadyuva de modo importante en ello, de cientos de puestos de trabajo, en una coyuntura de desempleo brutal como la que nos contempla. (Recambistas, talleres, imprentas, hostelería, seguros, empresas especializadas en aparatos de medición, empresas de control de tiempos, ingenierías técnicas, etc).
Que además contribuye con impuestos y tasas que incrementan la recaudación de los órganos administrativos al sostenimiento de los mismos, tales como el impuesto de IVTM, las tasas por ITV, permisos y autorizaciones, así como impuestos indirectos como los de los combustibles o el IVA.
Que nuestra actividad contribuye de modo irremplazable al mantenimiento de bienes históricos, vehículos que de otro modo desaparecerían por su falta de uso, y cuyo sostenimiento, a cargo del aficionado, contribuye a conservar el patrimonio histórico cultural, viendo compensado este esfuerzo por la posibilidad de tomar parte en estos eventos.
Que nuestra actividad tienen un muy relevante interés cultural para terceros, que sólo en estos eventos pueden contemplar vehículos como los que utilizamos. A tal punto que es fomentado no sólo por los propios clubes, sino también por instituciones públicas como Ayuntamientos, Diputaciones y las distintas Consejerías Autonómicas encargadas de velar por el fomento de las actividades culturales, así como destacadas empresas.
Que nuestra actividad es practicada en los mismos términos y condiciones actuales, en nuestros países vecinos, siendo notorio que hay varias pruebas que parten de países limítrofes y transcurren por nuestro territorio, fomentando de este modo nuestra cultura, nuestro turismo y nuestra participación dentro de Europa.
Esperemos que los legisladores se den cuenta de la realidad de la regularidad y no maten esta disciplina automovilística.