Alltrack, la palabra mágica que convierte al elegante y hasta señorial Volkswagen Passat Variant en un coche con una imagen más joven, dinámica y con sed de aventuras. No te engañes, sigue siendo tan cómodo como el familiar del que deriva y tampoco tendrás problemas de espacio en su interior. Pero si lo tuyo es salir un poco del asfalto de vez en cuando o, simplemente, te gusta la estética SUV pero valoras el comportamiento dinámico de los turismos, el Passat Alltrack te va a gustar.
Tiene tres centímetros más de altura libre al suelo, lo suficiente para librar buena parte de los obstáculos a los que nos enfrentemos. Los paragolpes delanteros y traseros tienen protectores y una forma que mejora un poco sus ángulos de ataque y salida. La parte baja de la carrocería está protegida con unas molduras de plástico que le diferencian del resto de Passat.
Dos mecánicas diésel (de 140 y 177 CV de potencia) y una de gasolina con 210 CV se encargan de dar vida a este modelo. En función de la versión puede equipar cambio automático o manual y la tracción puede ser 4Motion o sólo delantera.
Nosotros hemos probado el 4Motion con motor 2.0 TDi de 140 CV y cambio manual, una versión con un equilibrio entre precio/consumos y prestaciones en carretera y campo. Pesa 1.700 kilos, acelera de 0 a 100 en 10,3 segundos, alcanza una velocidad máxima de 198 Km/h y tiene un consumo medio de 5,7. No está nada mal para un coche de 4,77 metros de largo en el que cuatro ocupantes con su equipaje viajan con total amplitud y comodidad.
En marcha no se aprecian diferencias respecto a una versión Variant con motorización similar. Hay pocos balanceos de la carrocería, demuestra mucho aplomo en todo momento y, aunque no es blando de suspensiones, tampoco resulta incómodo. Le falta un poco de agilidad si buscamos divertirnos un poco en un tramo de curvas cerradas, pero es que se trata de un coche muy largo y con mucha distancia entre ejes, no se puede querer todo. Sin embargo por motor no hay problema, el veterano 2.0 TDi cumple de nuevo con nota y se muestra siempre dispuesto ante cualquier requerimiento del acelerador.
Nos adentramos en campo con el Passat Alltrack, algo que muy probablemente harán pocas unidades de las que se vendan. No es un todoterreno ni un todocamino al uso, hay que tener claro que se trata simplemente de un familiar un poco elevado y, en este caso, con tracción total. Pero con algo de buenas manos y, sobre todo, tranquilidad a la hora de hacer las maniobras, dejamos trabajar a la electrónica y podemos superar obstáculos que a priori hubiéramos pensado que sería imposible. Tiene una buena capacidad de tracción y su principal ventaja la encontramos en zonas con firmes de baja adherencia, ya sea asfalto mojado, con nieve o fuera de carretera en zonas con algo de barro.
Buena opción para los que les gusta la montaña pero no pretenden hacer grandes escapadas off-road.