La parte que más peso tiene en la decisión de compra de un coche es el diseño, si nos gusta el coche tiene papeletas y luego ya empezamos a valorar su comportamiento dinámico, prestaciones, etc. Pero hay coches en los que el diseño “pesa” mucho más, como es el caso del Volkswagen Beetle, la versión moderna del mítico Escarabajo.
Exteriormente queda claro que es un Beetle, más moderno pero más o menos con la forma original. Claro que ahora es mucho más aerodinámico, más grande y sus ruedas han crecido más que su carrocería. Es un coche coqueto, un coche para que te miren y para disfrutar de su imagen, y como tal, requiere de ciertos sacrificios. Para empezar sólo existe la carrocería de dos puertas y el maletero se queda en 310 litros de capacidad a pesar de estar ante un coche de 4,27 metros de largo. Y por otro lado, sus formas redondeadas te complican un poco a la hora de maniobrar porque cuesta calcular las proporciones.
Pero el interior es más amplio de lo que parece, con buen espacio en las plazas traseras, mucha amplitud en las delanteras y un diseño interior tan “retro-moderno” como el exterior. Detalles clásicos, sí, pero con una postura de conducción fácilmente ajustable, un equipamiento a la altura de lo esperado, materiales y acabados de calidad y modernos motores.
La unidad que hemos probado equipa un 1.2 TSI, un motor de gasolina turboalimentado que desarrolla 105 CV y se combina con una caja de cambios manual de seis velocidades. Este motor tiene una buena respuesta a pesar de su baja cilindrada, con él nuestro Beetle es un gran ciudadano y, si es necesario salir de viaje, también se atreve con ello. El consumo homologado es de 5,9 litros a los cien kilómetros aunque es más realista hablar de unos 7 litros de media en una conducción normal. Aun así es poco para un motor de gasolina en un coche de casi 1.300 kilos de peso.
Acelera de 0 a 100 en 10,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 180 Km/h, no es una versión muy rápida, pero para el que quiera prestaciones hay motores más potentes, llega hasta los 210 CV en su motorización más potente.
Teniendo en cuenta esto, es lógico pensar que con el motor de 105 CV el Beetle va sobrado de chasis y que el pequeño 1.2 no es capaz de ponerle en apuros. Es fácil de conducir, cómodo y, sobre todo, un coche diferente, un coche que se compra porque te gusta.
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