Cintura alta con unas, parecen, ventanillas pequeñas, que en contra de lo se pueda suponer, no restan visibilidad al conductor en las maniobras, trasera con gran portón y un frontal con la nueva parrilla unida a los alargados grupos ópticos, formando lo que parece una cara sonriente, son las características que marcan la imagen del Kia Sportage.
El interior se puede definir como práctico y sencillo. Se agradece que no se haya intentado aparentar más de lo que es con rudimentarios plásticos que imitan maderas o metales nobles. Los plásticos tienen un tacto agradable, parecen resistentes a las ralladuras y al trote del día a día. Cada interruptor está donde uno imagina que debe estar. Visualmente separados por grupos. En la unidad de pruebas, carente del pack que incluye el navegador, en la consola central encontramos los mandos que dan acceso al equipo multimedia, que incluye USB, AUX y conexión Bluetooth y al de refrigeración, justo debajo, en plena pendiente, se encuentra la palanca del cambio de seis velocidades, a una buena distancia para este tipo de vehículos, en los que para ver lo que uno tiene justo delante, necesita de una posición más elevada de conducción.
Grandes huecos porta objetos, posavasos y guanteras complementan el interior.
El puesto de conducción es fácil de conseguir gracias a los reglajes del asiento, incluyen apoyo lumbar en los dos delanteros. El único fallo que hemos encontrado al respecto, es la imposibilidad de variar la altura en el del copiloto, algo que puede resultar incómodo para aquellos ocupantes de una estatura inferior al metro sesenta, pues su visibilidad al mirar al frente queda reducida.
El arranque se hace mediante botón y el ruido del diesel se mete en el habitáculo, no de manera estridente, aunque se echa en falta un poco más de aislamiento.
Hay que tener en cuenta que esta versión del Kia Sportage no está hecha para correr, mover tonelada y media con 115 CV no resulta fácil. Es dinámico, no deportivo. Y aunque su imagen campera pueda hacer pensar lo contrario, es temeroso de los agrestes caminos y con razón, pues no está conceptuado para ello, con una sencilla pista fuera de asfalto tiene suficiente. La falta de defensas o cobertores de piezas claves, unido a la altura libre al suelo de solo 172 mm, son argumentos más que suficientes para que el conductor descarte cualquier posibilidad de adentrarse por caminos dificultosos.
En donde gana más enteros este modelo es en carretera, por su comportamiento, capacidad y confortabilidad. Los asientos son muy cómodos, por lo que los viajes en familia no resultan pesados. Además es estable, la regulación de las suspensiones evitan el exceso de balanceo en curvas, aunque es evidente que si el trazado es muy cerrado, disminuir la velocidad hasta lo razonable para este tipo de vehículos es más que aconsejable, son muy pocos en los que su comportamiento al respecto es casi como en el una berlina. Uno de los pocos “peros” que cabe ponerle para completar el confort de los pasajeros sería la instalación, que no lleva, de salidas de aire del climatizador regulables en la parte trasera.
Para los que se planteen su uso por vías rápidas, viajes en familia o para el ocio de manera habitual, el Kia Sportage 1.7 CRDi Drive, es una buena opción de compra. Los 115 CV de su motor y un cambio de marchas largo son el reclamo para un usuario tranquilo a la hora de conducir, que circulando al límite de velocidad permitido en carretera, entre 90 y 120 km/h será capaz de mantener en buen estado la mecánica y de conseguir unas cifras reales de consumo medio más que aceptables según el ordenador de abordo, 6,1 por cada 100 km.
El precio final, incluido el descuento actual del fabricante, del Kia Sportage 1.7 CRDi Drive es de 22.112 €. Casi 2.000 € por encima de la versión de equipamiento inferior, pero que merece la pena pagar por que incluye elementos como el control de distancia de aparcamiento, faros antiniebla o climatizador entre otros, todos ellos no disponibles ni como opción en el modelo denominado Concept. A excepción del paquete que incluye el sistema de navegación (2.074€) y la pintura metalizada (441 €), sepa que todo lo demás que vea en el vehículo viene incluido de serie.
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