Volkswagen, que desde 1985 fabrica 4×4 en serie, ha presentado su gama de vehículos comerciales todo terreno. La tracción 4Motion y el cambio DSG son el aporte diferenciador con otras marcas como Renault, Peugeot, Ford, Fiat o Citroën.
La renovación de la gama comenzaba con el lanzamiento de la nueva generación de T5 en 2010, continuaba con el lanzamiento del nuevo Caddy en la segunda mitad de año y culminaba con la llegada del nuevo Amarok a principios de 2011, modelo con el que los alemanes se estrenaban en el segmento de los pick up. Con estas novedades, que se completarán este 2011 con el nuevo Crafter, Volkswagen Vehículos Comerciales se posiciona como uno de los referentes en el mercado. Cubren con sus modelos Caddy, T5 y Amarok todas las necesidades de su amplio abanico de clientes, en esta ocasión los que han de transportar carga por caminos llenos de barro, piedras o nieve.
Las siglas 4Motion son el sello de los vehículos equipados con el sistema de tracción total. En los dos sistemas utilizados (Haldex para Caddy 4Motion y T5 4Motion y Torsen en el Amarok) se gestiona el reparto de la fuerza de tracción a las 4 ruedas de la forma más eficiente y en función de las necesidades de cada momento. Los sistemas electrónicos y los sensores en las ruedas darán la información de que está haciendo el vehículo y que es lo que hay que hacer (frenar o acelerar cada rueda) para ayudarnos en la conducción.
El Amarok fue el que más probamos ya que requiere un tratamiento especial. Se considera comercial pues la definición en su documentación es camión de caja abierta. Se trata del primer pick up de VW, que entra en un segmento dominado por los japoneses Toyota, Mitsubishi y Nissan con sus Hilux, L200 y Navara.
El vehículo se desarrolló en Alemania, fue testado junto al equipo del Dakar en Marruecos en el mes de julio y es fabricado en Argentina. Ha sido vehículo oficial en la carrera más dura del mundo y su cometido fue trasladar a la prensa, asistir a la organización y cubrir la asistencia del equipo oficial VW.
Amarok, que significa lobo en idioma esquimal, tiene como ventajas respecto a su competencia el poco consumo de combustible (de entre 7,4 y 7,6 en ciclo combinado) y sus pocas emisiones de CO2, menos de 200 gr/km, beneficiándose de no pagar el cinco por ciento de impuesto de matriculación; algo que las otras marcas no consiguen. Otro de los puntos positivos es lo corta que es la primera velocidad, algo muy bueno para situaciones extremas y conducción 4×4.
El modelo se puede comprar en tres acabados: Amarok, Trendline y Highline y con dos tipos de suspensión trasera. Si queremos llevar mucho peso, la opción de 3 + 2 ballestas nos permite hasta 3.040 kg. y si no necesitamos cargar tanto y preferimos más comodidad en la conducción, se elegirá la opción de 2 + 1 ballesta detrás, que sólo nos deja llevar 2.820 kg.
Como puntos negativos la sobriedad de los interiores en plástico duro y la tosquedad del cambio de primera a segunda marcha, más brusco de lo esperado. Estos dos aspectos son perdonables si entendemos la necesidad de limpiar mucho el interior del coche por su uso y el peaje que pagamos por la diferencia entre lo corta de la primera y lo “normal” de la segunda velocidad.
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