Durante varios años el Skoda Octavia ha sido el modelo estrella de la marca más modesta del grupo Volkswagen. Con la llegaba del Superb su posición de buque insignia dentro de Skoda queda lejos, aunque eso no ha impedido que el Octavia siga teniendo un hueco en su estrategia. Ha calado en el usuario que es de las berlinas más espaciosas y es algo a lo que no se puede renunciar por capricho.
En este contexto se renovó el Octavia, pocas novedades, al igual que pasa ahora con la versión deportiva RS. La gran virtud del modelo sigue siendo ofrecer sensaciones deportivas para añadir algo de picante a tu rutina diaria, aunque sigue siendo una alternativa eminentemente familiar y espaciosa. Equilibrio es la palabra clave entre las prestaciones, comodidad y espacio.
Desde el punto de vista de la estética el nuevo Octavia sigue recordando al antiguo. La cintura es idéntica así como la caída del techo. El frontal es lo que más ha cambiado, con luces LED para la luz diurna y detalles como las ópticas con función cornering. Todo ello con los logos vRS que tanto gustan a aquellos que quieren presumir de versión especial. Por dentro la calidad percibida es superior, básicamente porque copia mucho el interior del Superb. El volante tiene un nuevo diseño, es multifunción y la postura de conducción es facilmente regulable. El espacio es suficiente aunque ni el Octavia es capaz de ofrecer una quinta plaza central decente, seguirá tocando apretujarse en ese caso. Eso sí, los viajes largos serán más sencillos con los 560 litros de maletero que atesora.
La mecánica Diésel 2.0 TDI CR será la mejor opción para hacer muchos kilómetros. Sus 170 CV, tecnología Common-Rail, inyección directa y filtro de partículas DPF aseguran emociones fuertes sin tener una sangría en nuestro bolsillo a la hora de acudir a la gasolinera (aunque hoy día ya pasa con cualquier modelo). Más aun si se combina con el cambio DGS tan conocido del grupo. Añadir las levas al volante es una de las principales ventajas respecto a la anterior versión. En números el coche acelera de 0 a 100 km/h 3n 8,3 segundos gracias a su par de 350 Nm entre las 1.750 y 2.500 rpm. El consumo medio homologado está en 5,8 litros (siempre añadir algo más) y la velocidad máxima es de 224 km/h.
En cuanto al comportamiento tenemos coche para lo que queramos, tanto para rodar con suficiencia por carreteras amplías como para exigirle algo más que una berlina estándar. Es equilibrado en curva y solo si nos pasamos mucho de la cuenta mostrará su carácter subvirador (no deja de pesar 1.500 kilos) El tacto de la dirección es muy preciso y quizás los que busquen un modelo cómodo le busquen pegas por su suspensión rebajada, que lo hace algo durillo en largos viajes que incluyan firmes irregulares.
El equipamiento es muy completo para costar menos de 30.000 euros. Entre otros incluye faros de xenón con iluminación adaptativa, climatizador bizona, control de velocidad, conexión automática de luces, sensor de lluvia, 6 airbags o indicador de la presión de los neumáticos. Opcionalmente puedes añadirle techo solar, asientos calefactables, tapiceria de cuero o navegador táctil.
En definitiva si buscas una berlina alegre en prestaciones, espaciosa y no quieres que el precio se dispare anota esta alternativa.