Siempre es loable que una determinada marca intente buscar horizontes nuevos y sorprender en un mundo como el de la automoción, cada vez menos dado a sorpresas. Es la voluntad que se nota en la última generación de BMW y aunque la suerte esté siendo desigual en cuanto a éxito de ventas y críticas, es algo a alabar. Vaya eso por delante de analizar su BMW 535i GT, una versión de la Serie 5 estándar con una carrocería que toma elementos de la gama X.
El resultado a nivel visual es un vehículo llamativo a simple vista, estilizado gracias a sus casi 5 metros de longitud y bajo techo. En la práctica perfectamente podría llamarse Serie 6 por su concepción común con el X6 y porque adelanta por calidad y detalles a la Serie 5 aunque no llega al nivel de excelencia de la Serie 7. Las ventanilla sin marco y sobre todo la puerta del maletero que permite abrirlo de dos formas elevan la calidad en este aspecto. Esta puerta puede abrirse como una tapa o un portón, lo que unido a una tapa vertical que divide el habitáculo del maletero deja un amplio espacio para el equipaje (entre 430 y 590 litros) e insonoriza el habitáculo de gran parte del ruido que genera el eje trasero.
Por dentro lo más interesante es el espacio del que disfrutan las cuatro plazas disponibles (la trasera del centro es tan incómoda como en la mayoría de los coches aun en versión de 5 plazas). La postura de conducción que se consigue no está tan baja como la de un serie 5 estándar ni tan alta como un X5, es una posición intermedia como toda la concepción del vehículo. La visibilidad hacia delante es excelente, el problema es cuando hay que aparcar ya que la característica forma de la luneta trasera no deja mucho espacio de visión. Para resolver este problema, los bávaros han instalado camaras en los espejos y la tarsera para poder ver el coche «desde arriba». Tambien disponemos de dos cámaras en los pasos de rueda delanteros con los que veremos peatones u obstáculos que no veríamos desde la posición de conducción. Estos extras nos han parecido impresionantes. Tambien la ausencia de marcos es muy impactante visualmente.
El propulsor es otra de las joyas de este coche, más aun con el cambio automático de 8 relaciones al que va asociado. Ojo que no hablamos de un modelo especialmente deportivo (sus más de 2.000 kilos limitan demasiado), pero el par de 400 Nm a partir de 1.200 rpm es muy elástico y permite muchos tipos de conducción, en la línea de la versatilidad que quiere vender el modelo. Además ahora incluye novedades técnicas para reducir algo más el consumo. Pese al aspecto gigantesco por altura y peso, la media homologada está en 8,9 litros a los 100, exponente de la vanguardia en eficiencia que supone la tecnología Efficient Dynamics. El cambio es muy bueno. El palo se lo lleva por no incluir levas al volante, aunque se entiende que no es un modelo deportivo.
Su amortiguación regulable y suspensión trasera neumática y autonivelante nos hacen ir sobre raíles si no le exiges demasiado ni quieres buscarle el límite. Si eres de los que quiere ir como un señor con una conducción suave, el 535i GT responde con creces, además con una aceleración de 0 a 100 en menos de 6,5 segundos y una frenada de muchos kilates para poder «soltarse la melena» en autopista.
En este aspecto, los modos Confort, normal, sport y sport + seleccionan a la perfección el tipo de conducción que queremos llevar, ya se sabe que gracias a cambiar dureza de suspensiones, dirección, régimen de motor, etc
