Descanse en paz este entrañable y siempre amistoso Luis Garrido, uno de los mejores periodistas del deporte del motor de los años 70, 80 y 90.

Luis Garrido comenzó en las carreras de copiloto mientras estudiaba Ingeniería Industrial. El «gusanillo» de los rallyes le invadió por completo hasta dejar los estudios y dedicarse en cuerpo y alma al periodismo deportivo del automovil, sobre todo en los rallyes. Como periodista escribió para Autopista, Auto hebdo o Auto Sprint entre otras revistas.

Su trayectoria profesional, como decíamos, comenzó siendo copiloto de rallyes en la Federación Centro (que por aquel entonces aglutinaba Madrid, Extremadura y ambas Castillas). Su primera participación fue en el Rallye Shalymar de 1970. Según sus palabras, sacadas de una reciente entrevista de Julián Jiménez «Empecé a correr de manera clandestina. Llevaba el carné de copiloto de otra persona que no era yo, porque no tenía ni los años ni nada. La otra persona no pudo correr porque estaba haciendo la mili y lo retuvieron.»

Tras su primer trabajo en la revista Automovil racing pasó a trabajar en Autopista. Más tarde a Auto hebdo y posteriormente estuvo colaborando con la revista Pie Izquierdo que luego pasó a llamarse Auto Sprint. En sus ultimos años le costaba mucho escribir y la enfermedad que arrastró durante casi toda su vida, el alcoholismo crónico, le apartó poco a poco de las carreras y el periodismo. Estuvo escribiendo sobre rallyes en total casi 30 años, su forma de contar las carreras, sus fotos hechas en condiciones inhumanas y el tener que luchar con su enfermedad en un ambiente que no era el mejor fueron sus grandes batallas.

Cabe recordar cómo fueron sus principios en los rallyes, participando en pruebas como periodista y como copiloto a la vez, algo muy complejo. Otra vez según sus palabras: «Yo me largaba con la cámara a la primera curva o a la última tras terminar el tramo corriendo, cogía fotos de los primeros y cuando faltaban dos o tres minutos para la salida de mi coche, me iba corriendo a montarme, me ponía el cinturón y ala…a correr. Hacia fotos de los parques cerrados, las primeras curvas y las salidas principalmente. Era complejo hacer las dos cosas porque tenías que estar concentrado.» Así empezó y así, tan duramente, trabajó toda su vida… y todo por la pasión por los rallyes y la pasión por contarlos.

Desde lo más profundo de los corazones de todos los aficionados que te conocíamos descansa en paz, Luis, te lo mereces. Gracias por tu pasión y por contagiárnosla a todos los que te leíamos y veíamos tus fotos.

Foto: Julián Jiménez