Mazda comienza a implantar su nueva generación de vehículos después de un exitoso desembarco de la última en muchos países europeos. Las líneas deportivas siguen siendo la clave de su estrategia comercial sin perder calidad interior, algo que se respeta en el Mazda2 que nos ocupa hoy.

Desde luego no se puede decir que el restyling sea una revolución ni una fractura con respecto a lo ya visto en la firma nipona. El frontal es lo que posee más cambios, con un nuevo diseño de parrilla de cinco puntas, común a lo que ofrece la casa en esta nueva propuesta. Otros detalles menores son el marco de los antiniebla delanteros y el diseño de las llantas de 16 pulgadas (en acabado Sportive) y tapacubos de 15. Dos colores nuevos –Aquatic Blue Mica y Burgundy Red Mica– y el kit SAP deportivo con alerón y faldones completan un diseño que ya era musculoso y se sitúa entre los urbanos que mejor entran por la vista.

Por el trabajo ha ido encaminado a una calidad percibida superior, con detalles de cuero en los acabados superiores y nuevas molduras que no dejan de ser de plástico pero tienen un mejor acabado. Los elementos plateados de la anterior versión se han visto sustituidos por el negro. Un look más sobrio pero también en la línea de los coches de competición. La tapicería tiene nuevas texturas y tramas, con ribetes rojos en las costuras. Muy a la moda de los compactos deportivos.

De serie incluye volante regulable en altura, toma de 12V y conexión USB, pero será con el acabado Sportive con el que realmente tendremos un urbano bien equipado. El control de velocidad de crucero, climatizador, encendido automático de luces y elementos de cuero en el volante y pomo del cambio solo están disponibles en la gama más alta. Por lo tanto es posible tener un coche muy barato con lo justo o un equipo más propio de coches superiores por algo más.

La variedad de motores no es excesiva. La entrada a la gama es el 1.3 gasolina de 75 CV y 119 Nm de par de motor. Es la opción para los que se vayan a ceñir a cortos desplazamientos dentro de la ciudad. El consumo medio homologado es de 5,1 litros a los 100, pero su hábitat natural le hace subir bastante esas cifras. Para las mejores prestaciones está el 1.5 gasolina de 102 CV, disponible en cambio automático de 4 relaciones o manual de 5 velocidades. Y por último el Diésel 1.6 Turbo CRTD de 95 CV. El consumo medio de esta versión es de 4.2 litros a los 100 y es la alternativa más viajera de todas. Todos los motores disminuyen sensiblemente el consumo y las emisiones, aunque no tanto como otras marcas de la competencia. La ecología no es el fuerte de Mazda aunque el 1.3 y el 1.6 se benefician de la exención del impuesto de matriculación. Además cumplen con las normas Euro 5.

En cuanto a la dinámica el vehículo se ha sometido a un estricto adelgazamiento sin perder rigidez en el chasis. Solo el Diésel supera los 1.000 kilos y por ello el coche es más ágil. Con casi cuatro metros de largo sigue siendo uno de los urbanos con más posibilidades de albergar a cuatro personas sin problemas (cinco con comodidad es una utopía). No es un urbano tipo ni tampoco un compacto potente, aunque es una mezcla de ambas cosas y ahí le puede venir su público.

Tambien puedes ver el Mazda 2 miyoshi o la versión anterior del Mazda 2