Dentro de la vorágine ecológica que nos lleva azotando los últimos años en la oferta de automóviles desde luego los que tienen más éxito son aquellos encuadrados dentro de las líneas ecológicas. Son motores Diésel en su mayoría, decentes en las prestaciones, con bajo consumo y un reducido número de emisiones.
Skoda apostó por ello con la gama Greenline, y las ventas han motivado una segunda generación en la que se lleva la línea a todos los modelos de la marca y los que ya entraban en la misma han visto mejoradas sus características.
Las verdaderas novedad son el Yeti Greenline y el Superb Combi Greenline. Tanto el SUV como el familiar incorporan el motor TDI 1.6 Commom-Rail de 105 CV. Es un motor con un par interesante de 250 Nm entre las 1.500 y las 2.500 rpm y baja rumorosidad, ideal para hacer muchos kilómetros sin demasiadas pretensiones. Las cifras de consumo son de 4.6 litros a los 100 en el Yeti y dos décimas menos en el Superb, tanto en la versión Combi como en la berlina. Este motor también lo montan el Octavia y el Octavia Combi.
Por su parte los Fabia, Fabia Combi y Roomster esconden en su interior el motor 1.2 Common-Rail de 75 CV, muy adecuado sobre todo si el uso es urbano o con cortos trayectos interurbanos. El Fabia consume 3.4 litros y el Roomster 4.2, en la línea de los más eficiente de cada segmento.
Las cifras se explican por la herencia de tecnología utilizada en otros modelos del grupo Volkswagen. Así la función Start & Stop y la recuperación de energía de frenado se generalizan, lo que incide positivamente en el consumo y la eficiencia general de los vehículos.
Y para los que no son especialmente mirados con el medioambiente decir que la línea entera no sobrepasa en ningún caso los 120 gr/km de CO2, ni siquiera en el Yeti, lo que permite la exención del impuesto de matriculación.