La medida más básica para comprobar si los zapatos de nuestro coche funcionarán o no es medir la profundidad del dibujo de la rueda, el cual debe ser igual o superior a 1,6 mm. A parte de esto el neumático no debe presentar bultos ni cualquier otro tipo de señal de evidente deterioro. Para comprobar la profundidad podemos hacerlo fijándonos en la señal indicadora que viene inscrita en el mismo neumático, cuando llegue a tal debemos cambiar nuestra rueda. Otra forma es acudir a un taller especializado y que nos midan la profundidad de los mismos.
Existe a su vez un factor importante que debemos tener en cuenta: llevar siempre la correcta presión. Esta información suele venir inscrita en alguna parte de nuestro vehículo (tapa de combustible, parte inferior de capó, puertas, etc.). Si no llevamos la correcta presión en las ruedas nuestro coche sería tan estable como nosotros usando un zapato diez tallas superior o inferior a la nuestra para correr una maratón.
Otro elemento de riesgo que la mayoría de los conductores desconocen es que los neumáticos tiene fecha de caducidad: esto quiere decir que a partir de ese momento la marca que llevemos de neumáticos no nos garantiza al 100% el correcto funcionamiento del mismo. El neumático es caucho y como tal se degrada debido a las incidencias climatológicas. Para comprobar la fecha de caducidad puedes hacerlo a través de las inscripciones que tiene nuestra rueda, es una nomenclatura de cuatro cifras, donde las dos primeras indican la semana en la que fue fabricado y las dos restantes el año. Ejemplo: 3407, quiere decir que fue hecho la semana 34 del año 2007. A partir de ahí y tras cuatro o cinco años nuestro neumático debe ser cambiado aunque presente una profundidad igual o mayor a 1,6 mm.
Otra información que aparece en nuestro neumático es: marca, anchura, perfil, pulgadas, tipo de neumático, índice de carga, índice de velocidad…
Podemos concluir por ello que los neumáticos constituyen un elemento básico de seguridad activa de los automóviles, deben desarrollar y garantizar las máximas prestaciones posibles, lo que requiere una amplia gama de condiciones dinámicas en su diseño y construcción. Así las prestaciones de los neumáticos en condiciones de servicio pueden resultar afectados y reducidos si los usuarios no mantienen los parámetros principales de diseño y construcción en lo referente a la correcta utilización de los mismos. Por ello cuida tus neumáticos y ellos cuidarán de ti.