clasicos Le Mans 2010

Con temperaturas por encima de los 35 grados, el calentamiento de los motores fue el principal problema de casi la totalidad de los equipos. Las mecánicas antiguas sufren más con las altas temperaturas, ya que la mayoría de los automóviles participantes no tienen los elementos modernos de electroventiladores y termostatos. Por ello, los motores debieron limitar su régimen de utilización para conservar la mecánica, aunque ello supusiera rodar más lento de lo esperado. La temperatura del asfalto también perjudicó seriamente a la estabilidad por la degradación de los neumáticos, realizados con carcasas y componentes antiguos.

De los cuatro coches alineados por el Repsol Classic Team en la carrera de clásicos más famosa del mundo, tres lograron llegar a la meta con resultados hacia la parte media de la clasificación. El Cadillac 62 de 1950, superó los entrenamientos, pero no pudo salir a la carrera ya que la presión de aceite fue cayendo hasta quedar prácticamente a cero. Seguir rodando habría supuesto la rotura del motor en pocos kilómetros.

El Lagonda 45 de los hermanos Pueche superaba algunos problemas de transmisión y debía cambiar un palier, el Lancia Aurelia B-20 pilotado por Arias, Macaya y De Miguel se hundía en la clasificación al detenerse en la pista por fallo de la bomba de gasolina. Una vez reparada la avería, volvía a tener que visitar los boxes en la parte final de la carrera con graves fallos en los frenos que le supusieron una salida de pista, afortunadamente sin consecuencias.

Quien no presentó problemas más allá de los normales calentamientos por las altas temperaturas fue el Ferrari 275 GTB conducido por Saldaña, Arias y De Miguel. Logró rodar en los mejores tiempos dentro de su clase y completar la carrera con tiempos que fueron progresando por la noche, cuando la temperatura del ambiente permitió incrementar el régimen de utilización del motor.

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