El Volkwagen Jetta se encuadra en la categoría de aquellos modelos que cuentan con más éxito en determinados países que en el de su país de origen. Por ello no sorprende que la presentación mundial de esta berlina tuviera lugar en Nueva York, ya que en Estados Unidos es todo un best-seller dentro de los vehículos europeos.
A pesar de su condición de vehículo para Norteamérica el nuevo Jetta llegará a Europa en 2011 con las adaptaciones propias, sobretodo en materia de motores, por lo que hay que echar un ojo a sus características. Lo anunciado a bombo y platillo por Volkswagen es que el Jetta adquiere un diseño original, se aleja del Golf a pesar de compartir el ADN de la última generación del gigante alemán. El paso de rueda es ahora 7 centímetros mayor y su longitud total ha aumentado en 10 centímetros para una cifra total de 4,64 metros. Como dice la lógica el coche es ahora más espacioso y confortable para las plazas traseras, punto clave en este segmento.
Lo cierto es que el Jetta no destaca especialmente en ningún aspecto ni tampoco desmerece en absoluto. Está dentro de la media de la marca, que para Estados Unidos es una impronta de calidad percibida. Mientras aquí el Passat es la estrella allí funciona el Jetta por su marcado estilo coupé. Las diferencias más significativas estarán en el motor en su llegada a Europa.
Las seis motorizaciones tienen como alternativas estrella el 2.0 TDI de 140 CV y el 2.0 TSI de 200 CV, motores ya conocidos pero de conocida prestancia. A ellos se les añadirá por primera vez para un Jetta la versión 1.6 TDI de 105 CV BlueMotion, con solo 4,1 litros de consumo medio homologado. El resto incluirá sistema Start & Stop de serie y recuperación de energía de frenado, por lo que los consumos serán contenidos. Además se pueden equipar con cambio DSG de 6 velocidades, que hace furor en tierras americanas.
Por lo demás lo que se ve es una mayor personalidad en el modelo, con más opcionales tipo apertura de maletero a distancia o volante multifunción, en aras de un mayor confort. Aquí se situará como una alternativa intermedia entre el Golf y el Passat, aunque tradicionalmente funciona mejor a nivel global.