Corren nuevos tiempos en el segmento de vehículos todoterreno. El auge de los SUV de tracción delantera ha obligado en cierta manera a Land Rover a incluir una versión 4×2 en el nuevo Range Rover LRX que verá la luz en 2011. El modelos seguirá situándose entre la élite de los todoterrenos, pero esta futura versión viene a satisfacer a aquellos que solo usen el vehículo en carretera y por tanto no necesiten las bondades del refinado sistema de tracción 4×4 de la marca británica.
Los retos ante la tracción 4×2 son conseguir una mayor eficiencia del modelo, con una cifra de emisiones en torno a 130 gr/km de CO2, una considerable reducción del peso para ofrecer una dinámica de mayor calidad en la carretera y lógicamente un precio mucho menor para competir con otras alternativas ciertamente más económicas que le están quitando cuota de mercado.
El otro anuncio importante de Land Rover es el lanzamiento en 2013 de un vehículo híbrido con motor Diésel central que afectará a todos los espectros de la gama. Para ello se realizarán diversas pruebas a partir de finales de 2010 con el prototipo Range-e, que comparte plataforma con el Range Rover Sport y tiene como motor convencional el existente TDV6 de 3 litros asociado a un cambio automático ZF de 8 velocidades.
El objetivo para esta nueva versión híbrida es conseguir que el vehículo se mueva en ciudad íntegramente con energía eléctrica, emita de media menos de 100 gr/km de C02 y llegue a los 193 km/h de velocidad punta. Se denota una cierta falta de iniciativa por parte de la marca, pero modelos como el nuevo BMW X6 ActiveHybrid propios del segmento Premium le han hecho replantearse su oferta, eso si, desde un punto de vista realista y que puede tener buena acogida por parte de los usuarios más concienciados con las tecnologías verdes.