El modelo nipón Mazda CX7 tiene una personalidad deportiva, con una toma inferior de aire de grandes dimensiones y una parrilla superior reducida, flanqueada por marcadas líneas que cruzan el capó longitudinalmente aportando un aspecto poderoso. De perfil, llama la atención el ángulo del pilar A, más inclinado incluso que el de muchos deportivos. El conjunto se completa con una línea de techo muy característica, una línea de cintura elevada, unos pasos de rueda sobredimensionados y llantas de aluminio con neumáticos 235/60 R18 que le confieren un aspecto imponente.
El tono deportivo continúa en la sección trasera con dos grandes salidas de escape y un grupo óptico trasero de formas redondeadas. Entre los elementos específicos de la versión europea destaca el paragolpes de nuevo diseño, el lavafaros, los faros antiniebla delanteros y traseros, y los faldones traseros.
Por dentro fusiona elementos deportivos con el espacio, la comodidad y el carácter práctico de un SUV, con calidades y acabados excelentes. Los asientos, amplios y con un diseño especial, y la flexibilidad de configuración de las plazas traseras y el maletero proporcionan el confort y la funcionalidad de un todocamino. Pero la posición deportiva de conducción, el salpicadero ergonómico con la palanca de cambios montada en altura en la consola central. El diseño del panel de instrumentos, en forma de doble voladizo, con volante y pomo de la palanca de cambios en piel de serie, y con la escala del velocímetro graduada hasta los 240 km/h.
Este SUV monta el mismo motor que los modelos deportivos de altas prestaciones Mazda6 MPS y 3 MPS, el MZR de inyección directa de gasolina de 2,3 litros, turboalimentado e intercooler. Este propulsor produce una potencia máxima de 260 CV a 5.500 rpm, y un par máximo de 380 Nm a tan sólo 3.000 rpm. Acelera de 0 a 100 km/h en 8,0 segundos, uno de los registros más rápidos de su segmento, y alcanza una velocidad máxima de 210 km/h. Presenta una transmisión manual de seis velocidades, especialmente adaptada a Europa, hacen de este modelo un vehículo con unos niveles de diversión «Zoom-Zoom» poco usuales en un todocamino tan confortable y práctico.
Posee una suspensión delantera tipo McPherson y trasera multibrazo, ambas puestas a punto para garantizar esa rigidez que permite una conducción ágil y deportiva, con un mínimo de ruido y un alto confort de marcha. La suspensión se combina con el sistema de tracción total con reparto activo de par, exclusivo de Mazda, que contribuye a que los 380 Nm de par máximo se desarrollen de forma suave y controlable. Este sistema distribuye el par entre los ejes delantero y trasero (de 100/0 a 50/50) para ofrecer la tracción correcta en cada situación. Dispone de frenos delanteros de discos ventilados de 320 mm y discos ventilados traseros de 302 mm, para una frenada segura, con ABS, EBD, asistencia a la frenada, DSC y TCS de serie.
En definitiva el modelo nipón presenta un nivel de exclusividad bastante elevado y esto lo valoran los clientes de este segmento.
El C-Crosser es fruto de un proyecto común de PSA Peugeot Citroën y de Mitsubishi para la producción de un 4×4 destinado al mercado europeo. Sus líneas reflejan la fuerza y el dinamismo de un vehículo con clase y elegante. La polivalencia se refleja en la distribución de su espacio interior. Con sus 5 + 2 plazas, su segunda fila de asientos abatible eléctricamente y su generoso volumen de carga, es un vehículo fácil de usar que se adapta a todas las situaciones.
Visto por delante es único. El diseño de los chevrones sobre el capó le confiere una identidad propia dentro de la gama de vehículos de la marca gala, además de ofrecer una imagen de fuerza y un aspecto de gran estatus. La estética lujosa del vehículo se traduce también por la adopción de barras de techo en aluminio y llantas bitono que, por sus proporciones y su dibujo dinámico, proporcionan una impresión de solidez y de resistencia.
La parte trasera exhibe el mismo estilo dinámico, robusto y refinado que la delantera. El paragolpes trasero adopta una forma envolvente, para integrarse perfectamente con los pasos de rueda.
Este modelo 4×4 se muestra como un vehículo familiar, debido a su configuración interior de 5 + 2 plazas y una gran modularidad. Además, sus dimensiones interiores – gracias a una distancia entre ejes de 2,67 m – permiten disfrutar de una perfecta habitabilidad. Su maletero de grandes dimensiones cuenta con apertura en dos partes, lo que hace más fácil la carga y descarga.
El C-Crosser es un vehículo fácilmente modulable interiormente. Gracias una banqueta auxiliar de 2 plazas en la tercera fila de asientos, puede acoger hasta siete pasajeros. Por si esto no bastara, esta fila puede plegarse completamente y ocultarse en el suelo del maletero, disponiendo de una amplia superficie de carga completamente plana.
Dispone de un motor diésel 2.2 HDi de 160 CV, equipado con un filtro de partículas (FAP). Derivado del 2.2 HDi 173 FAP comercializado en los C5 y C6, se trata de una versión monoturbo de geometría variable, desarrollada para ofrecer un máximo de par desde los más bajos regímenes de giro (380 Nm a 2.000 rpm), lo que contribuye, en gran medida, al agrado de conducción. Con una cilindrada de 2,2 l, está asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades.
Por último, el confort de los pasajeros se ha tenido muy en cuenta. Se han limitado las vibraciones, gracias a los calzos hidráulicos utilizados para la fijación del motor, que, por su parte, cuenta con dos árboles de equilibrado. Además, se ha revisado el aislamiento acústico del compartimiento motor, con el fin de asegurar un confort óptimo en el habitáculo.
Por lo que respecta a las uniones al suelo, el tren delantero es de tipo pseudo-McPherson, con una barra estabilizadora de 22 mm de diámetro. El tren trasero multibrazo está asociado a una barra estabilizadora de 20 mm. Los amortiguadores traseros han sido separados de los muelles y los tarados adoptados por Citroën permiten proporcionar una estabilidad ejemplar, asegurando al mismo tiempo sensaciones de conducción precisas.
El sistema de frenado presenta una eficacia y una dosificación destacables gracias a la adopción de pinzas de doble pistón en el eje delantero, combinadas con discos ventilados de 294 mm de diámetro y de 24 mm de espesor, mientras que en el trasero, los discos tienen un diámetro de 302 mm. Un sistema ABS con repartidor electrónico de frenada completa este dispositivo.
El C-Crosser dispone de una tracción 4×4 con selector de modo, que le permite circular con total seguridad por muy adversas que sean las condiciones. El generoso par que proporciona el motor diésel HDi se reparte electrónicamente entre las ruedas delanteras y traseras, para asegurar una estabilidad y una motricidad óptimas, en función de las condiciones de adherencia. Ofrece la posibilidad al conductor de escoger entre tres modos de transmisión, según las condiciones del firme y su deseo de control sobre la mecánica. Puede ir en dos ruedas motrices (2WD), cuatro ruedas motrices (4WD), o modo “lock”. Un mando situado tras la palanca de cambios permite seleccionar estos modos y una imagen en el cuadro de instrumentos recuerda en cuál de ellos se está circulando.
Presentación Citroën C-Crosser
El Audi Q7 establece pautas de referencia en el segmento de los vehículos utilitarios deportivos (SUV). Con gran soberanía conjuga deportividad y versatilidad y fusiona una técnica altamente desarrollada con el lujo de la clase superior. En carretera fascina por unas prestaciones y una dinámica muy deportivas, mientras que fuera de ella despunta por su tracción sin límites. El Q7 es el SUV de altas prestaciones del creador de quattro.
Su diseño exterior es un preludio del verdadero carácter del Audi Q7. La línea del techo, que fluye dibujando un amplio arco, y la relación especial entre las elevadas superficies de chapa laterales y la estrecha banda formada por las ventanillas simbolizan el característico dinamismo de la marca. La trayectoria en punta de flecha que siguen las líneas de su frontal y la robusta parte trasera, con unos montantes D marcadamente inclinados, rememoran la silueta de un coupé.
El Audi Q7 mide 5.086 mm de longitud y su batalla 3.002 mm. Con estas dimensiones se sitúa a la cabeza de sus competidores en el segmento SUV. Gracias a un ancho de 1.983 mm y a una altura de 1.737 mm, ofrece a sus ocupantes una sensación de espacio única. Sus tres filas de asientos ofrecen espacio hasta para siete personas. Las dos filas traseras pueden abatirse hasta formar una superficie completamente plana, de modo que, en caso necesario, se dispone de un maletero de 2.035 litros sin tener para ello que sacar ningún asiento. En su versión de cinco plazas, el Q7 dispone de un volumen de carga de 775 litros.
Los usuarios pueden elegir entre dos mecánicas de gasolina FSI de 3.6 litros con 280 CV o un motor 4.2 litros de 350 CV, siendo las opciones diesel de 3.0 litros TDI con 240 CV y otra 4.2 TDI de 326 CV.
La incorporación de serie al equipamiento del Audi Q7 de la tracción integral permanente quattro es ya una cuestión de honor para la marca de los cuatro aros. Su diferencial central es capaz de transmitir la potencia del motor a las cuatro ruedas tanto en carretera como fuera de ella.
Con su rápida distribución del par en dependencia de la demanda, la tecnología quattro consigue los más altos niveles de tracción y estabilidad lateral, proporcionando así la condición indispensable para obtener la mejor dinámica de conducción y seguridad en marcha. Este concepto de tracción viene sorprendiéndonos desde hace ya más de 25 años.
Este modelo incorpora, como ya hicieran el Audi RS 4 y el S8, un diferencial autoblocante de última generación con distribución asimétrica-dinámica del par motor. Con él, la distribución de par se ha determinado en relación de 40 : 60 entre el eje delantero y trasero. Gracias también a un reparto del peso sobre los ejes casi igualado, esta tecnología se traduce además en unas propiedades con ligera carga deportiva sobre el eje trasero, en una agilidad aún mayor y en una precisión de giro que se mantiene prácticamente libre de las influencias del sistema de tracción.
El programa electrónico de estabilización ESP incorpora un gran número de nuevas funciones. Citar por ejemplo el control de asistencia para descenso de pendientes o un modo especial offroad que optimiza las prestaciones de frenado y la tracción especialmente sobre suelo con gravilla. Por último, pero no por ello menos importante, mencionar la función de estabilización para remolques que incorporan las versiones del Audi Q7 con enganche opcional para remolque, que mediante intervenciones puntuales en el sistema de frenos reduce el peligro que supone los movimientos de serpenteo del remolque.
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