Manteniendo el aire de familia Altea, adopta una estética que le confiere un claro carácter de vehículo robusto y “aventurero”. El crossover español presenta el dinamismo habitual de los modelos Seat, con una línea compacta y deportiva. Y sin embargo, éstas características no están reñidas con una imagen que transmite confianza y seguridad para que decidamos dejar el asfalto y adentrarnos en caminos.
Un elemento habitual en este tipo de modelos, y que por supuesto no podía faltar en el freetrack, son las protecciones en material plástico que salvaguardan la línea lateral del vehículo y los pasos de rueda. Estos elementos protegen la carrocería a la hora de circular por pistas donde es fácil que pequeñas piedras la golpeen.
En el caso de los parachoques delantero y trasero, presenta un diseño totalmente nuevo para este modelo. En el caso del delantero, la toma de aire es de mayor tamaño que en el Altea XL, y está cubierta con una moldura con trama de nido de abeja. Además, destacan los huecos donde se ubican los faros antiniebla, también de mayor tamaño. Por su parte, en el parachoques trasero destaca el doble tubo de escape cromado, y la moldura inferior en imitación de aluminio, que también puede apreciarse en el parachoques delantero.
Del mismo modo que en el caso del Altea XL, dispone en el techo de barras portaequipajes en color plata, y de unos espejos retrovisores de gran tamaño, que en este caso son en color gris oscuro, a juego con las molduras protectoras y parachoques. Otro elemento que destaca el carácter 4×4 del nuevo vehículo son sus neumáticos en medida 225/50 y con mayor diámetro. Dichos neumáticos van montados en una llanta de 17 pulgadas de cinco radios exclusiva de este modelo.
El nuevo modelo de Seat ofrece un volumen de maletero de 490 litros, que pueden llegar hasta 593 litros sin tener que renunciar a las cinco plazas, gracias al desplazamiento longitudinal de hasta 16 centímetros que permiten sus asientos traseros. Además, plegando la banqueta trasera, la capacidad del maletero aumenta hasta los 1562 litros.

Mecánica y comportamiento

Uno de los elementos que posiciona al freetrack en un buen nivel en relación con sus rivales es la gama de motores: nada menos que un 2.0 TDI de 170 CV con filtro de partículas y un 2.0 TSI de 200 CV. Toda una declaración de intenciones de un vehículo que consigue conjugar espacio de carga, amplitud para toda la familia y prestaciones de auténtico deportivo.
En el apartado diesel, ofrece la mecánica que ya constituye el tope de gama en los modelos León, Altea, Altea XL y Toledo. El motor 2.0 TDI de 170 CV incorpora el sistema de inyección directa diesel. Adicionalmente, cuenta con un filtro de partículas diesel DPF. En cuanto al propulsor gasolina, el 2.0 TSI de 200 CV, cuenta con cuatro cilindros y 2.0 litros con tecnología FSI de inyección directa. Cuenta con sobrealimentación por turbo integrado con el colector de escape y está dotado con un sistema de distribución variable continua en admisión y recirculación interna de gases de escape. Entre sus características más destacables encontramos su facilidad para subir de régimen de giro y su elasticidad. Ambos motores van asociados a sendas cajas de cambio manual con seis velocidades.
El Altea freetrack no se conforma con parecer un crossover, además quiere ofrecer todas las ventajas que ofrece un auténtico vehículo con tracción a las cuatro ruedas. Para transmitir la potencia al tren posterior, el nuevo modelo recurre a un sistema hidráulico gestionado electrónicamente mediante embrague Haldex.
La gestión electrónica está configurada de forma que en circunstancias normales el vehículo se comporta como un tracción delantera, lo cual repercute en unos consumos más contenidos. Sin embargo, de acuerdo con los valores de múltiples parámetros dinámicos (diferencia de régimen de giro entre ejes, señales de los sensores del ABS/ ESP, parámetros de par y régimen del motor, etcétera) entra en funcionamiento la gestión electrónica para el reparto de la tracción.  De esta forma, se consigue el reparto de potencia idóneo para cada circunstancia, llegando a entregar hasta el 50% para cada eje.
A diferencia de otros sistemas en los que el conductor debe seleccionar qué tipo de tracción desea, en el caso del freetrack es gestionada de forma autónoma. De este modo, se garantiza la mejor tracción en cualquier circunstancia, y el conductor gana en confort al no tener que preocuparse por hacer nada cuando hay variaciones del firme.
Este sistema de tracción ha requerido la adaptación tanto de un nuevo eje trasero como de una nueva suspensión para dicho eje, destinados ambos a albergar el sistema de tracción total manteniendo la habitabilidad del vehículo. Asimismo, ha sido necesario adaptar el depósito de combustible, que tiene ahora una capacidad de 60 litros por los 55 que ofrece el XL. Gracias a este sistema de transmisión, y a la mayor altura respecto del suelo que un Altea XL normal (40 mm), obtiene unos valores de 17,6 grados de ángulo de entrada y casi 23 de salida.
En cuanto a los frenos, el Altea freetrack equipa tanto en la versión Diesel como en la gasolina frenos de disco en medida 312×25 delante y 286×12 en el tren posterior. Ofrece de serie el TCS (control de tracción), que  actúa en la gestión del motor para evitar que las ruedas patinen cuando se acelera sobre superficies con poca adherencia. También de serie incorpora el ESP (control electrónico de estabilidad) de última generación. Éste  se combina con el sistema Driving Steering Recommendation (DSR), que detecta la calidad de frenada en cada tren y actúa en consecuencia transmitiendo un pequeño par al volante para mantener la trayectoria. Por otro lado, cuenta también con la ayuda con el  EBA (Emergency Brake Assistance), que en caso de frenada de emergencia incrementa la presión aprovechando toda la capacidad del sistema. Finalmente, el ESP del nuevo freetrack incorpora el sistema TSP (Trailer Stability Program), dirigido a garantizar la seguridad de quienes circulen con remolques.

En definitiva, Seat, con el freetrack se lanza de cabeza a un mercado bastante leonino pero con un producto que tiene calidad, diseño y buenas mecánicas.

100 kgs. es lo que pesa la transmisión 4×4 para el Altea. Ese incremento de peso y los 40 mm. más de altura conseguidos por unos muelles más altos y duros son las diferencias con la versión XL.