El RACE conjuntamente con otros clubs de Europa, ha realizado un estudio sobre la Seguridad de los sistemas de retención infantil. El resultado no ha sido alentador ya que de las 28 sillas evaluadas sólo once han conseguido pasar la prueba satisfactoriamente, nueve se han calificado como aceptables, tres sillas cuyo resultado ha sido insatisfactorio y las otras cinco muy insatisfactorio.
Las pruebas a las que son sometidas las sillas constan de choques laterales y frontales, también se evalúa la comodidad de uso de la misma. Se ha querido analizar también las consecuencias de llevar al niño en la silla con la mochila puesta.
El estudio muestra un menor índice de lesiones cuando la silla va en sentido contrario al de la marcha, por lo que se recomienda pasar a los sistemas SRI lo mas tarde posible. La mayoría de los suspensos de los SRI se debieron a que en un choque frontal, parte de los componentes se rompían provocando que el dummy saliera despedido con silla o sin ella.
En cuanto a la comodidad y facilidad de uso, intentaba medir la facilidad de colocación del dispositivo, ya que una mala colocación no protege al niño. Las sillas que podían llevar a confusión en su instalación suspendieron la prueba.
Un niño con la mochila en su espalda aumenta el riesgo de lesiones torácicas, fracturas de costillas y lesiones internas ya que en caso de impacto frontal el peso de la mochila se multiplica por cuarenta, por lo tanto hasta doscientos kilos podrían presionar la espalda del niño en caso de accidente.
Para evitar males mayores es mejor asesorarse antes de comprar la silla que protegerá la vida de un niño y dejar la mochila en el maletero al salir del colegio.