Las cosas tras los entrenamientos parecieron mejorar para Renault, aunque solo Fernando Alonso supo sacar partido de las mejoras introducidas y a una excelente estrategia con poca gasolina y saliendo con las ruedas súper blandas, estaba excelentemente situado para luchar por la carrera compartiendo la primera fila con Vettel de nuevo pole. Los dos Red Bull sin ninguno de los elementos introducidos este año, han evolucionado de forma impresionante, dejando en evidencia a todos los grandes que no terminan de encontrar las soluciones que les devuelvan a sus habituales puestos.
La carrera estuvo marcada por el diluvio, arruinando el planteamiento de casi todos los equipos que habían dejado los coches reglados de cara a una carrera en seco. La salida detrás del Safety Car, era la más lógica pero perjudicó sobre manera a Fernando Alonso y beneficio a los pilotos más rápidos en agua, y de nuevo Vettel como pasaba el año pasado en Monza arrasó sin contemplaciones dando la primera victoria a Red Bull, que completaba Weber con un doblete histórico. Los Brown de Button y Barichello y los McLaren de Heikki y Hamilton completaron los seis primeros puestos, casi una formación. Alonso quedaba fuera de los puntos tras una carrera en la que se ahogó con varios errores y en la que no salió nada bien. Al menos la esperanza de que en condiciones normales el Renault ya sin kers, pueda estar en la lucha cuando se llegue a Europa. No estuvieron tan brillantes como en las primeras carreras Toyota y ni mucho menos Williams flojos todo el fin de semana. BMW tampoco esta vez pudieron estar en las mejores posiciones y dan por perdida la temporada. Peor las cosas si cabe en Ferrari. En el equipo italiano se ha perdido totalmente el norte y después de tres carreras el casillero de pilotos y constructores tiene telarañas, 0 puntos que van a costar el puesto de trabajo a más de uno, camino que ya conoce el ex director deportivo la primera victima en la lucha intestina que vive la Scuderia. Mientras McLaren-Mercedes si va encontrando el camino de los buenos resultados.
Lo que está quedando claro este año es que lo que la FIA y Eclestone estaban buscando lo están logrando, y es dar la vuelta al status quo establecido las ultimas décadas y en las que cualquiera podía acertar la quiniela de cada carrera. Ahora los menos ricos dominan el campeonato y nuevos pilotos los vemos luchando por las victorias. El espectáculo cambia en cada carrera, no tiene pinta de estabilizarse a favor de un equipo alejando la sensación de aburrimiento que vivimos muchas carreras.