Todos las versiones del Renault Megane, Berlina, Coupé, Cabrio y Sport Tourer pueden ahora equiparse con los nuevos paquetes deportivos GT-Line y GT.
Desde 19.100 euros los interesados en imprimir un aspecto más deportivo en su rutina diaria pueden adquirir el paquete de equipamiento GT-Line, que no aporta mejoras en cuanto a la gama de motores de serie, pero si incluye numerosos añadidos estéticos y de comportamiento. En concreto introduce un nuevo color, Azul Malta, y varios elementos en Dark Metal y simil carbono, como en las tomas de aire, el fondo de las ópticas delanteras y las llantas de aluminio de 17 pulgadas.
Por dentro se introducen los pertinentes asientos deportivos al estilo Renault Sport, pedales de aluminio e instrumentación personalizada analógica. También se ha reducido la altura del chasis 12 milímetros, para una postura de conducción más pegada al suelo, aunque no es una mejora muy perceptible.
Estéticamente la versión GT añade a este conjunto varios motivos Renault Sport, por ejemplo en el salpicadero, en el umbral de las puertas o un volante similar a la versión más radical del Megane. En cuestión de llantas las sustituye por unas de estilo Jetow de 18 pulgadas. Aunque sin duda la mayor aportación del acabado GT es la introducción de dos opciones de motor muy competitivas.
El motor Turbo TCe 2.0 de 180 CV activa el turbocompresor a partir de las 1.200 revoluciones, por lo que es una alternativa muy divertida para lo que busquen algo más. Los que hagan muchos kilómetros tienen por otro lado el motor DCi de 160 CV, con genio suficiente y un tratamiento especial para no disparar el sonido del motor. Tanto el gasolina como el Diésel se asocian a un cambio manual de 6 velocidades.
Por otro lado se han modificado el resto de aspectos que determinan el comportamiento. Así, el chasis bebe del trabajo realizado con el Megane Renault Sport, incluye la última dirección asistida electrónica de la marca, neumáticos deportivos Dunlop 225/40 Z R18, disco de freno de 296 mm en el eje delantero y 260 en el trasero además de reglajes de amortiguador similares a los del Renault Sport.
Ambas versiones aportan unos escalones más lógicos de prestaciones entre la gama base y el coupé Renault Sport, al igual que ha hecho la marca con el resto de sus vehículos compactos de la última generación y que sigue una larga tradición de versiones deportivas de Renault con sus modelos de calle.