Es obvio que los todoterrenos, todocaminos, SUV y similares se están haciendo paso a paso con un buen pastel de la tarta de clientes con alto poder adquisitivo. Y no siempre para la función con la que en su día fueron creados, vadear eficazmente pistas de campo.

Es por ello que nos encontramos versiones como la línea R-Line del Volkswagen Tiguan, un todoterreno que cuenta con características suficientes para funcionar correctamente en uso off-road, pero claramente destinado a clientes que sobre todo buscan robustez y una posición de conducción elevada en la carretera.

En cuanto a la estética el VW Tiguan R-Line presenta respecto a la gama convencional una nueva parrilla cromada doble, nuevos diseños de los parachoques, spoiler trasero, llantas Omanyt de 19 pulgadas o la suspensión deportiva específica. En su interior lo que más destaca es el volante deportivo multifunción y los asientos también de inspiración deportiva Monte Carlo. En definitva lo normal a lo que nos tienen acostumbradas las marcas, un restyling para identificar que es el más deportivo de la gama. La versatilidad la ponen las barras longitudinales en el techo y los 395 litros del maletero, bastante aceptable.

El aspecto sport también se puede combinar con el motor más potente que ofrece Volkswagen. En este caso se trata del 2.0 TSI de gasolina, el cuál posee 200 CV de potencia y 280 Nm de par. En cifras, este Tiguan alcanza los 210 km/h de velocidad punta, y acelera de 0 a 100 en apenas 8 segundos. Si se asocia a la caja de cambios automática Tiptronic la velocidad baja ligeramente y el consumo medio queda en  10 litros, elevado en todo caso.

El comportamiento del Tiguan R-Line es excelente en carretera por el trabajo de la suspensión deportiva en combinación con los sistemas ESP, ABS, EDS y ASR. Siglas que se traducen en mayor seguridad aunque se exprima al coche en la autopista. El sistema de tracción 4Motion garantiza buenas prestaciones en el campo, con un ángulo de arranque de 18º, aunque sin duda el vehículo está mucho mejor configurado para las prestaciones en carretera. En todo caso el botón Off-road adapta el comportamiento de todos los aspectos mecánicos para adaptarse mejor a los terrenos accidentados.

Hablando de nivel de equipamiento este Tiguan toma de base el acabado Sport, con control de velocidad, asistente de descenso y arranque de pendientes, pantalla táctil, conexiones USB e iPod o encendido automático de luces. Por si esto fuera poco la versión R-Line se puede equipar con el pack Premium, que incluye asientos con regulación eléctrica y calefactables, asientos de cuero Viena o faros Bi-Xenon adaptativos.

Esta versión se puede adquirir por 37.090 euros, 39.640 si se prefiere el cambio automático.