El diseño de este biplaza de baja altura es llamativo y rompedor, pero se puede identificar claramente como un Lexus al seguir la linea L-finesse de la marca. La fabricación de la carrocería en plástico reforzado en fibra de carbono permite líneas de expresión difíciles de conseguir con el metal, lo que otorga al vehículo una apariencia fluida y consecuente con sus prestaciones. Destacan el escape de tres salidas y el inteligente diseño de los espejos retrovisores, los cuales proveen de aire frío a las entradas de aire traseras. El desarrollo por parte de la marca de un chasis propio permite a Lexus establecer con el LFA un nuevo estándar de fabricación con materiales ligeros. El plástico reforzado con fibra de carbono CFRP baja el peso del coche hasta los 1,480 kilos, cifra que otorga a los ingenieros margen para repartir mejor los pesos y optimizar la dinámica en marcha.
Por dentro el deportivo también raya a gran altura. El conductor y el pasajero son los grandes protagonistas, ya que todo ha sido pensado para mejorar la ergonomía y confort. Así, los asientos deportivos forrados en cuero se pueden configurar en 8 posiciones distintas, aunque siempre en una postura baja muy cercana al chasis. Profusión de elementos de cuero y fibra de carbono, lo esperable en un coche valorado en 415.000 euros. Llama la atención el tecnológico aspecto del cuadro de instrumentos, con pantalla LCD y gráficas digitales, y la pantalla a color de 7 pulgadas con la que se manejan sistema como el navegador o el sistema de audio con 12 altavoces incorporado.
El bonito aspecto del LFA esconde en sus entrañas el mencionado motor V10 de 4,8 litros atmosférico de 560 CV y 480 Nm de par. Esta mecánica, diseñada exclusivamente para el LFA, permite alcanzar velocidades punta de 325 km/h, llegar a los 100 Km/h en apenas 3,7 segundos y alcanzar las 8.700 revoluciones por minuto. El trabajo de Lexus ha conseguido compactar su tamaño y reducir el peso hasta el de un V6 convencional. Para gestionar esa tremenda potencia se incluye cambio secuencial ASG con levas al volante, una fórmula que día a día gana adeptos en la estela de acortar la distancia entre la competición y la carretera. Además existen cuatro modos de configuración, auto, sport, normal y mojado para adaptarse a todas las circunstancias.
En cuanto al apartado de ayudas a la conducción se ha creado un gestor integral de la dinámica del vehículo denominado VDIM que aúna los habituales controles de tracción o frenos ABS. Este sistema está integrado a la ECU asociada al motor V10, por lo que reacciona de forma rápida y precisa cuando los límites dinámicos del LFA se acercan. El VDIM permite personalizar multitud de aspectos del vehículo, pudiéndose desactivar el control de estabilidad, modificar la entrega de potencia o la estabilidad de la frenada al más puro estilo de un videojuego.
Un auténtico capricho difícil de conseguir, ya no por su abultado precio, sino por lo limitado de su producción. El LFA se fabrica a mano, saliendo de fábrica en torno a 20 por mes. Los interesados en adquirir el modelo tienen hasta el día 15 de marzo para presentar 25.000 euros como muestra de interés, aunque Lexus no garantiza su adquisición porque sólo se venderán 500 unidades en todo el mundo.