Ya no habrá que acostumbrarse al tamaño “ahuevado” del primer C3. El nuevo modelo escapa de los límites de la anterior versión con una carrocería más grande y dinámica, con 3,94 metros de largo, 1,73 de ancho y 1,52 de alto. El resultado es un habitáculo más amplio, pero también se advierte una pérdida de personalidad por lo peculiar del diseño del superventas. Conscientes de ello, Citroën ha intentado desarrollar un gran interior para remendar esa supuesta falta de personalidad exterior.
Lo que más sorprende es el nuevo parabrisas Zenith, que mide 1,35 metros de largo y en la línea de otros modelos como el C4 Picasso permite una mayor visión vertical, en concreto 80 grados. En consecuencia el interior es más luminoso y da la sensación de reducir la distancia con el exterior, una especie de descapotable con techo fijo. También se aprovecha de multitud de aspectos que ya incluía el Citroën DS3 presentado en Frankfurt. Así, la calidad de los materiales raya a gran altura teniendo en cuenta su segmento, el ruido del habitáculo se ha reducido sensiblemente y el sistema de sonido hi-fi incorporado garantiza una buena acústica.
La dinámica se caracteriza por el equilibrio. El diseño más racional del nuevo C3 redunda en una aerodinámica optimizada (0,30 cx) y un reparto de pesos más inteligente. El nuevo tren trasero ha permitido reducir el peso en 13 kilos, lo que también afecta positivamente en su comportamiento. Este chasis más completo se mueve con una variada gama de motores Diésel y gasolina. En concreto son tres Diésel HDi de 70, 90 y 110 CV y cuatro motores de gasolina, siendo la estrella el VTi de 120 CV, que puede equipar cambio automático de 4 relaciones. El compromiso con el medio ambiente es claro. La versión Diésel de 70 CV sólo emite 99 gr/km de CO2 y todas las versiones de gasolina cumplen las Euro V de emisiones. En general son motores suaves y que suman en esa dinámica equilibrada anteriormente comentada.
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